Tecnología
Científicos consiguen una velocidad espectacular en red que permitiría llenar 100.000 discos Blue-ray en un día
A
medida que crece el volumen de datos y nuestra demanda de ellos, la
necesidad de transferencias más rápidas y seguras se convierte en un
factor crítico para la evolución tanto de internet como de todas las tecnologías que dependen de la red de redes. En 2009, se alcanzó una velocidad máxima de transferencia de 119 gigabits por segundo,
estableciendo así un nuevo récord, pero a mediados de noviembre, dicha
marca fue pulverizada por un equipo especial de investigadores
pertenecientes a varias universidades e institutos. ¿Cuál es el nuevo
límite a superar? 186 Gigabits por segundo, algo así como un terabyte cada 43 segundos.
Cuando
uno logra acceso por primera vez a una conexión ADSL de cinco megabits
por segundo, le parece un salto de calidad y velocidad impresionante,
pero no estaría mal contar con un poco más de margen. La razón es
sencilla: Estamos transfiriendo cada vez más datos, la drástica mejora
en las tecnologías multimedia ha incrementado la calidad tanto del audio
como del vídeo, hay cada vez más dispositivos que dependen de la nube
para funcionar, y por supuesto, esta tendencia sólo parece tener espacio
para acelerarse. Realizar streaming en 1080p debería ser algo común
para cualquier usuario, sin embargo, la velocidad de conexión sigue
siendo uno de los factores limitantes más importantes. La demanda es
cada vez más grande, y son muchos los usuarios que están dispuestos a
pagar por más velocidad. El balón está del lado de los proveedores, y a
nivel global, se podría decir que están decepcionando.
Sin
embargo, tenemos buenas noticias por el lado “científico” de las
conexiones de red, ya que un variado equipo de investigadores
provenientes de diferentes universidades e institutos (Caltech, CERN, U.
de Victoria, U. de Michigan, Florida I.U., CANARIE, UCSD, Universidades
Estatales de Rio de Janeiro y São Paulo, y otros) han logrado
establecer una conexión de alta velocidad
entre el Centro de Computación de la Universidad de Victoria y el
Centro de Convenciones del Estado de Washington en Seattle, separados
por poco menos de 120 kilómetros, mientras que durante la edición 2011
de la conferencia SuperComputing repitieron la operación entre el puesto
de Caltech en la conferencia, y diferentes lugares de los Estados
Unidos, Brasil y Corea del Sur. La conexión contó con un pico máximo de
98 gigabits por segundo en una dirección, y 88 gigabits por segundo en
la dirección opuesta, alcanzando así un nuevo récord de transferencia de red “full-duplex” de 186 gigabits por segundo.
A la hora de calcular equivalencias, los números son escalofriantes. Estamos hablando de dos millones de gigabytes, o cien mil discos Blu-ray completos en un día.
Llenarías un disco duro de un terabyte en menos de un minuto, aunque en
ese caso no habría disco duro que valga para hacer frente a semejante
velocidad. Además de los múltiples beneficios que podríamos obtener a
nivel casero, un incremento drástico en las velocidades de conexión
también beneficiaría en gran medida al mundo de la ciencia. Sin ir más
lejos, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) ya demandó el proceso y
análisis de más de cien petabytes de datos, un volumen de información
que las conexiones actuales no pueden enfrentar. Se espera que el LHC
aumente dicho volumen de datos en mil veces, y que debería estar al
alcance de científicos de todo el mundo en cuestión de horas. 186
gigabits por segundo son el nuevo récord, pero a este ritmo,
necesitaremos mucho más.
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